FILOSOFIA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS UNO

lunes, 1 de marzo de 2010

PREGUNTA N° 53 - en vimeo y en you tube -


La cremación del cuerpo denso después de la muerte ¿afecta al espíritu en alguna forma?

Respuesta: Durante la vida, en el estado de conciencia de vigilia, los vehículos del Ego se mantienen todos juntos concéntricamente, pero al morir, el Ego envuelto en la mente y cuerpo de deseos se retira del cuerpo denso y como que las funciones vitales han terminado, el cuerpo vital sale también del denso, dejando a éste inanimado sobre el lecho. El Ego se lleva también consigo un átomo del corazón y el resto del cuerpo se desintegra. Pero en ese tiempo se efectúa un proceso extremadamente importante, y los que asisten al hombre agonizante deben tratar cuidadosamente de que reine la mayor quietud en toda la casa, porque las imágenes de toda la vida que acaba de pasar y que estaban impresas en el cuerpo vital están pasando ante los ojos del espíritu en progresión lenta y ordenada, pero en sentido inverso, desde la muerte hasta el nacimiento. Este panorama de la vida pasada dura desde unas cuantas horas hasta tres días y medio. Ese tiempo depende de la fuerza del cuerpo vital, lo que determina el lapso que una persona puede mantenerse despierta cuando llega el caso. Muchas personas pueden observar cincuenta, sesenta y hasta setenta horas antes de quedar exhaustas, mientras que otras no pueden permanecer despiertas más que pocas horas. La razón por la que es necesario que la casa permanezca en la mayor quietud durante los tres días y medio subsiguientes a la muerte es ésta: durante ese tiempo el panorama de la vida pasada se imprime sobre el cuerpo de deseos que será el vehículo que el hombre tendrá en el Purgatorio y en el Primer Cielo, donde se recoge todo el bien o mal que se haya sembrado, de acuerdo con los actos realizados en la vida terrestre.
Ahora bien, cuando la vida ha sido muy accidentada y el cuerpo vital del hombre es fuerte, se necesitará mayor tiempo para efectuar esa impresión que si el cuerpo vital fuera débil, pero durante todo ese tiempo el cuerpo denso está conectado con los vehículos superiores por el cordón plateado y cualquier daño que se haga al cuerpo lo siente el espíritu hasta cierto punto. Y siente el embalsamamiento, autopsias o la cremación si se hacen inmediatamente después de la muerte. Por consiguiente esas operaciones no deben hacerse absolutamente durante los tres días y medio subsiguientes a la muerte. Al fin de ese intervalo, el panorama se ha impreso completamente en el cuerpo de deseos, el cordón
plateado se rompe, el cuerpo vital es atraído por el denso y queda rota toda conexión con el
espíritu, quien entonces puede ir libremente a su vida superior.
Cuando se entierra el cadáver, el cuerpo vital se desintegra lentamente al mismo tiempo que aquel, así que cuando, por ejemplo, un brazo se ha podrido en la tumba, el brazo etérico del cuerpo vital que flota sobre la tumba desaparece también, y así sucede hasta que desaparece el último vestigio del cadáver. Pero cuando se realiza la cremación el cuerpo vital se desintegra inmediatamente, y como que dicho vehículo es el que conservaba las imágenes de la vida pasada, las que, al imprimirse sobre el cuerpo de deseos, forman la base de la vida en el Purgatorio y en el Primer Cielo, sería perjudicialísimo que la cremación se efectuara antes de los tres días y medio subsiguientes a la muerte. A menos que se le ayudara el espíritu no podría mantener el cuerpo unido. Eso es una parte del trabajo que hacen los auxiliares invisibles de la humanidad. Algunas veces prestan su ayuda los espíritus de la Naturaleza o las Jerarquías Creadoras que guían a la humanidad. También se pierde algo cuando el cadáver es quemado antes de que el cordón plateado se rompa por sí solo; la impresión sobre el cuerpo de deseos no es entonces tan profunda como debiera ser, y esto produce su efecto en las vidas posteriores, porque cuanto más fuerte es la impresión tanto más agudos son los sufrimientos en el Purgatorio por el mal hecho y tanto más intensos son los goces del Primer Cielo que resultan de las buenas obras de la vida pasada.
Son esos dolores y goces que nos proporcionan nuestras vidas pasadas lo que llamamos conciencia, así que cuanto perdemos en sufrimiento lo perdemos también en la realización de nuestros errores, cuya purificación nos impediría en las vidas futuras cometer los mismos actos de nuevo. Por lo tanto, los efectos de la cremación prematura son muy de
tenerse en cuenta. Triste es decirlo, tenemos una ciencia del nacimiento, con obstétricos, parteras experimentadas, antisépticos y todo lo necesario para el confort del hijo y de la madre, pero nos falta la ciencia de la muerte que nos permita ayudar a nuestros amigos de toda una vida en su partida al más allá.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO
*


No hay comentarios:

Publicar un comentario