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lunes, 1 de marzo de 2010

PREGUNTA N° 78 - en you tube -


PREGUNTA N°  78

Los Rosacruces, ¿aceptan la Biblia como si fuera la Palabra de Dios 
desde la primera hasta la última página?

Respuesta: Ciertamente que no, y mucho menos la estrecha interpretación de algunos que creen que el libro que ahora tenemos es el único genuino que se haya dado a la humanidad.
A lo sumo, podría ser uno de los libros de Dios, porque hay otras muchas sagradas escrituras que es necesario reconocer y que no deben en manera alguna estar bajo el fallo de unos cuantos sabihondos que echan esos titulados apócrifos libros al canasto.
En primer término, debe recordarse que el Antiguo Testamento fue escrito en hebreo en diversas épocas y por numerosos escritores, y esos escritos no fueron coleccionados antes de Ezra. Ya en el año 280 A. C. se había abandonado el lenguaje hebreo, en lo que concierne a esas escrituras, y la Septuagésima, o sea la traducción griega, fue la que se empleó corrientemente. Esa era la única Biblia que existía cuando nació Cristo. Más tarde los Masoretes coleccionaron algunos escritos hebreos. Esa era una secta que existió por el año 700 D. C. Y ese es el texto más exacto y mejor. La traducción inglesa que más se usa actualmente es la versión del King James (Rey Jaime), pero su majestad no estaba tan interesado en la exactitud de la traducción como en la paz, y en la misma acta que autorizaba la traducción de la Biblia prohibía a los traductores que tradujeran cualquier pasaje que pudiera perturbar las creencias existentes. Esto tenía por objeto evitar cualquier disensión en su reino, y de los cuarenta y siete traductores sólo tres eran eruditos hebreos y dos de esos murieron antes de que se tradujeran los Salmos. Se desecharon también cierto número de libros como apócrifos, y además transformaron el significado original de algunas palabras para que el texto se acomodara a las supersticiones de ese entonces.
Martín Lutero tradujo al alemán tomando el texto latino, el que a su vez había sido traducido del griego, de suerte que los riesgos de haber cometido errores eran muy grandes.
Añádase a esto que en el antiguo hebreo se suprimían las vocales y no se separaban las palabras, de manera que insertando vocales en diferente forma se obtenían palabras y sentencias completamente diferentes. En vista de todo esto, hay que confesar que es evidente que la oportunidad de obtener una versión exacta de lo que se escribió originalmente es muy pequeña.
Además, los que escribieron la Biblia no quisieron escribir un “Libro de Dios” abierto a todo el mundo, como puede verse en esta cita del Zohar: “Desgraciado de aquel que vea en la Thorah (la ley, la Biblia) sólo simples recitados y palabras ordinarias, porque si en verdad sólo contuviera eso, podríamos haber escrito una Thorah mucho más digna de admiración. Pero no es así; cada palabra del Thorah contiene un significado elevado y un sublime misterio... Los recitados del Thorah son los vestidos del Thorah... Desgraciado de aquel que tome los vestidos del Thorah por el Thorah mismo... El simple, sólo ve los adornos y recitados del Thorah; no sabe nada más; no ve lo que se oculta en esos vestidos; los instruidos no tienen en cuenta el vestido, sino aquello que en los ropajes se oculta”.
En otras palabras, no prestan atención a la letra, sino al espíritu. Y así como en un campo sembrado de papas no hay sólo esos vegetales, sino también el suelo, la tierra que las oculta, así también en la Biblia las perlas de la verdad oculta están escondidas en lo que a veces parecen ser horribles vestiduras. El ocultista que se ha preparado para poseer esas perlas ha recibido la clave y las ve nítidamente. Para los otros siguen permaneciendo ocultas hasta que hayan trabajado para poseer esa clave. De manera que si bien la historia de los triunfos de los hijos de Israel y los tratos de cierto Dios son parcialmente ciertos, existe allí un significado espiritual muchísimo más importante que la historia material. Y aunque los evangelios contienen en líneas generales la vida de un individuo llamado Jesús, son fórmulas iniciáticas que muestran las experiencias que todos deben pasar al caminar por el sendero que va a la verdad y a la vida.
Ese sendero lo habían vislumbrado los que escribieron la Biblia, quienes eran profetas y videntes, pero sólo en la amplitud posible en su tiempo. Una era nueva necesitará una Biblia nueva, una palabra nueva.

Max Heindel
FILOSOFÍA ROSACRUZ EN PREGUNTAS Y RESPUESTAS TOMO PRIMERO




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